I. EL MÉTODO DEDUCTIVO:

Podemos definir el método deductivo como aquel método que partiendo de unas premisas teóricas dadas llega a unas conclusiones determinadas a través de un procedimiento de inferencia o cálculo formal. El paso de las premisas a la conclusión o conclusiones se realiza a través de ciertas reglas lógicas específicas (por ejemplo, la regla del modus ponens o procedimientos silogísticos derivados de ella) o de ciertos procedimientos matemáticos. Pondremos algún ejemplo:

Todos los cisnes son blancos.
Kuki es un cisne.
La conclusión es que Kuki es blanco.
Como se ve en el ejemplo la verdad de la conclusión se encuentra dentro ya de las dos premisas iniciales. Esta es una de las críticas que se hace al método deductivo: que es tautológico o, en otras palabras, que la información que se obtiene a través de él es una información repetitiva contenida en las premisas que usa.
Otro problema que plantea el método deductivo es cómo introduce en sus premisas información empírica. En el ejemplo, el dato de que todos los cisnes son blancos ¿cómo se obtuvo? ¿qué método se usa para introducir datos de la experiencia en las premisas? Téngase en cuenta que en la definición de la deducción expuesta más arriba no entra para nada ningún procedimiento de introducción de datos empíricos.
Teniendo en cuenta lo dicho anteriormente muchos autores sostienen que el método deductivo, tal cual, no es el método de las ciencias naturales pero sí el método de las ciencias matemáticas que, aparentemente, no hacen referencia a la experiencia inmediata.
Uno de los usos más habituales de la deducción es cuando se intenta resolver un problema de matemáticas. Pongamos un ejemplo:
El ángulo A de un triángulo mide 40º, el ángulo B mide 60º ¿cuánto mide en tercer ángulo?

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Es claro que la resolución del problema se resuelve con los datos expresados en las premisas y conociendo los procedimientos pertinentes con los que operar con esos datos. No se introduce elementos de la experiencia sensible de ningún modo.
El método deductivo siendo básicamente un método lógico-matemático no es, por ello, un método de resolución mecánica de los problemas. La creatividad, el análisis y la reflexión humana son elementos imprescindible para el uso de este método.

II. EL MÉTODO INDUCTIVO:
Se puede definir la inducción como el método de investigación que partiendo de observaciones particulares llega a leyes generales. Veámoslo de nuevo con un ejemplo:

Un ornitólogo europeo estudia a los cisnes, realizando múltiples observaciones de cisnes llega a la conclusión inductiva de que como todos los cisnes que ha visto son blancos todos los cisnes que existen son blancos.

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En el ejemplo el investigador observó un número grande pero finito de cisnes y de esa observación particular (particular quiere decir que no es general, que no vio a todos los cisnes del mundo) sacó una ley general que es aquella que afirma que todos los cisnes (tanto vistos como no vistos) son de color blanco.
Este método, a diferencia del deductivo, permite introducir elementos de la experiencia en el conocimiento pero ha recibido innumerables críticas por parte, sobre todo, de autores empiristas, especialmente por parte de Hume. El problema que plantea la inducción, según Hume, es que, precisamente, la idea de que de observaciones particulares pueden inferirse leyes generales es errónea. Una observación particular, por muy amplia que sea, siempre será particular y por lo tanto no englobará a todo; afirmar que todos los cisnes son blancos porque todos los que has vistos son blancos es tan falaz como que un europeo medieval, sin contacto con los pueblos africanos, afirmase que todos los hombres son de tez blanca. El salto de la experiencia particular a la ley general ésta justificado por el hábito o la costumbre nunca por la ciencia. Para que podamos inferir de la experiencia una ley general sería preciso que el número de observaciones fuese igual al número de casos posibles, algo, por lo común, imposible (en el ejemplo que hemos visto el ornitólogo tendría que observar todos los cisnes presentes pasados y futuros para afirmar que todos los cisnes son blancos).
Para terminar una curiosidad zoológica: todos los cisnes no son blancos, de hecho hay una raza de cisne de color negro pero no se encuentra en el ámbito europeo sino en Australia; durante siglos los europeos pudimos decir que todos los cisnes eran blancos por una sencilla razón: no habíamos descubierto Australia.
III. EL MÉTODO HIPOTÉTICO-DEDUCTIVO:
El método hipotético-deductivo es según muchos epistemólogos el método propio de la ciencia. Se puede decir que aúna elementos de los métodos inductivos y deductivos aunque con características y formas propias. A continuación se describirán sus fases.
III.A.FASES DEL MÉTODO HIPOTÉTICO-DEDUCTIVO:

III.A.1. Observación: el investigador observa un hecho sobre el que desea encontrar una explicación o elaborar una ley.
Un antropólogo observa que en los alrededores del ecuador los nativos de esas tierras suelen tener una piel más oscura que los oriundos de zonas más cercanas a los polos. Una vez hecha esta observación se pregunta ¿por qué es esto así?

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III.A.2. Construcción de hipótesis: tras hacer la observación de un hecho o de una regularidad el investigador busca una explicación si no existe ninguna en el corpus aceptado de la ciencia, así construye una hipótesis. El investigador construye una teoría o ley que explique los hechos observados, para la construcción de esta hipótesis debe tener en cuenta numerosas limitaciones que trataremos más adelante. Esta es, quizás, la parte más importante, creativa y compleja del método hipotético-deductivo.
El antropólogo del ejemplo anterior establece una hipótesis para explicar el color oscura de piel de los habitantes del ecuador: los habitantes del ecuador están expuestos a más horas de sol que los habitantes de las zonas templadas como consecuencia su piel ha sido oscurecida por el sol. Otro antropólogo establece otra hipótesis diferente a la de su compañero: los nativos del ecuador poseen unos rasgos genéticos diferentes a los habitantes de las zonas templadas que les hace tener un color de piel más oscura, este rasgo genético hace a los habitantes del ecuador más resistente al calor y a los enfermedades de la piel propios de su zona.
III.A.3. Deducción de las consecuencias de la hipótesis: el investigador una vez elaborada una hipótesis explicativa debe de sacar las consecuencias empíricas y teóricas de esta hipótesis. En otras palabras debe preguntarse ¿si mi hipótesis fuera cierta qué ocurriría?
El primer antropólogo llega a las siguientes conclusiones: si es el sol el que hace que la piel de los habitantes del ecuador sea oscura entonces: a) los niños de los habitantes ecuatoriales tendrán el mismo color que los niños de los habitantes de las zonas más cercanas a los polos; y b) a un habitante de zonas templadas que pase un tiempo suficiente en el ecuador su piel se le oscurecerá como la de los indígenas.
El segundo antropólogo llega a las conclusiones de que: a) los niños recién nacidos tendrán una piel aproximadamente tan clara o tan oscura como sus progenitores independientemente de la zona en la que nazca; y b) las persona de tez blanca que vivan en el ecuador tendrán mayores problemas de adaptación climática y de salud dérmica que los nativos.
III.A.4. Contrastación empírica de las consecuencias deducidas: en este paso el investigador vuelve a la experiencia para analizar si sus predicciones sobre lo que debe ocurrir, según su teoría, son ciertas o no.
Los antropólogos del ejemplo analizan los nacimientos de niños en el ecuador, los cambios de tonalidad de piel y la adaptación física de los blancos desplazados a esa zona.

metodohd(esquema del método hipotético-deductivo)

III.A.5. Conclusiones de la contrastación: simplificando podemos decir que esencialmente hay dos posibilidades tras la contrastación empírica: que la experiencia concuerde con las predicciones de la hipótesis o que no concuerde. Si los datos empíricos están en acuerdo con las predicciones de la hipótesis esta queda momentáneamente corroborada no obstante, el científico no debe quedarse ahí sino que debe intentar realizar nuevos experimentos para volver a corroborar su hipótesis o, llegado el caso, refutarla. Que una hipótesis haya sido corroborada por un número N de experiencias no significa que sea verdadera sino solo que hasta ese momento no ha sido refutada; la verdad científica es una verdad en construcción y no absoluta. Como pasaba con la inducción no sabemos si experiencias futuras (N+1) mostrarán a la hipótesis como falsa. Este carácter abierto de la verdad científica es, según muchos autores, un rasgo esencial que muestra a la ciencia como una disciplina tolerante y en continua construcción.

El filósofo analítico ingles B. Russell puso un ejemplo, que se hizo famoso, para mostrar lo erróneo de suponer que las hipótesis científicas tienen un valor de verdad absoluto, es el llamado caso del “pollo de Russell” : Un pollo observa que el granjero va cada día a darle de comer, y construye una hipótesis según la cual esta conducta es una ley universal que se repetirá indefectiblemente. Podríamos decir que el pollo ha “extrapolado” sus observaciones en una teoría, y que cada comida la justifica un poco más. Un buen día, sin embargo, aparece el granjero y, en vez de darle de comer, le retuerce el pescuezo al pollo. Millones de pollos probablemente hayan construido una hipótesis como esta y se han visto igualmente defraudados. ¿Están equivocados los pollos? Si es así ¿en qué?

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La segunda posibilidad es que la hipótesis no concuerde con la experiencia en este caso podemos decir que existen, a su vez, otras dos posibilidades: que la hipótesis sea abandonada o que la hipótesis sea reconstruida con la ayuda de una explicación “ad hoc”. Veamos en primer lugar qué ocurre cuando una predicción de una hipótesis está en contradicción con la experiencia y esa hipótesis, por lo tanto, es abandonada. Nos encontramos, en este caso, con el hecho de que mientras que una teoría científica solo puede ser verificada (dada como indiscutiblemente verdadera) con un número infinito de experiencias basta solo una experiencia contradictoria para que la teoría se muestre como falsa.
Esta percepción del progreso científico fue bautizado por el filósofo K. Popper como falsación. El filósofo austriaco consideraba que lo propio del método científico era, efectivamente, no el ser verificable sino el ser falsable por la experiencia, las teorías más resistentes a las contrastaciones empíricas serían las adoptados por los científico y las que no resistieran esa contrastación deberían ser abandonadas. El criterio de demarcación, entre lo que es ciencia y lo que no lo es, es que la ciencia puede falsarse empíricamente y lo que no es ciencia no. Esta idea no implica que lo no científico sea falso o inútil (téngase en cuenta que dentro de lo no científico entran disciplinas como la política, la poesía, la religión etc.) sino simplemente que son conocimientos o percepciones de la realidad ajenos a la contrastación científica y por lo tanto ajenos a la racionalidad científica.

Un científico cree que una persona sufre una enfermedad desconocida por la exposición a un virus indeterminado; otra persona creyente piensa que esa misma persona sufre la enfermedad por un castigo divino. Mientras que el científico puede falsar su teoría (si en un análisis de sangre no hay rastro de virus su hipótesis sería falsa) la persona religiosa nunca vería falsada su teoría ya que sería necesario para ello una declaración de Dios diciendo que no ha castigado a la persona enferma esto es, a todas luces, no contrastable empíricamente.

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Sin embargo, en contra de lo que defendía Popper, puede suceder que una hipótesis sea refutada por la experiencia y que sin embargo los científico no la abandonen. Las motivaciones pueden ser varias y no podemos analizarlas todas pero las más usual es que, cuando una hipótesis ha sido corroborada por un número elevado de experiencias y solamente falsada por una o muy pocas experiencias los investigadores tienden a despreciar esas experiencias contradictorias o a formular una hipótesis explicativa “ad hoc”.
Hipótesis “ad hoc” significa literalmente hipótesis “para esto”. En el contexto de la filosofía de la ciencia significa una hipótesis que sirve para justificar datos empíricos que no están de acuerdo con la teoría que mantenemos. En otras palabras es una hipótesis auxiliar que nos permite seguir usando la hipótesis principal a pesar de que los datos de la experiencia nos la muestran como falsa. Popper considera que el uso de hipótesis “ad hoc” en ciencia debe ser nulo o mínimo.

Observaciones de la órbita de Mercurio a través de muchos años demostraron que su perihelio (punto en el que un planeta está mas cercano al Sol) gira 43″ de arco más por siglo de lo prevista por la mecánica clásica de Newton. Esta discrepancia llevó al astrónomo Urbain Le Verrier a pensar que existía un planeta aún más cerca del Sol, al cual llamaron Vulcano, que perturbaba la órbita de Mercurio. Ahora se sabe que Vulcano no existe; la explicación correcta del comportamiento del perihelio de Mercurio se encuentra en la Teoría General de la Relatividad.

III.B. ELECCIÓN ENTRE HIPÓTESIS:

Una vez llegado a este punto debemos plantearnos ¿cómo se elige entre diferentes hipótesis que explican un mismo hecho? ¿cuáles son los rasgos propios de las hipótesis de la ciencia? Existen varios criterios para seleccionar hipótesis y considerarlas como científicas, algunos se pueden deducir de lo que ya hemos dicho:

III.B.1. Posibilidad de contrastación empírica: Por todo lo visto anteriormente es claro que para que una hipótesis sea considerada científica es necesario que pueda analizarse sus consecuencias de modo empírico y riguroso. Este rasgo es esencial ya que podemos construir infinidad de hipótesis que no tengan basamento empírico alguno ni posibilidad de tenerlo.

Volvamos al ejemplo anterior de la persona aquejada de una enfermedad extraña la hipótesis de que un espíritu la posee no es contrastable empíricamente de ninguna manera por lo tanto no es una hipótesis científica.

III.B.2. Posibilidad de matematización: los resultados experimentales y las mismas hipótesis tienen que poder ser traducidos al lenguaje de las matemáticas. Las matemáticas, por su carácter objetivo y claro, es el lenguaje propio del método científico. No a todas las disciplinas científicas se les exige un mismo grado de matematización de sus resultados.

III.B.3. Amplitud explicativa de la hipótesis: puede darse el caso de que dos hipótesis expliquen con igual exactitud un mismo hecho a traves del lenguaje matemático en este caso ¿cuál elegir? Los científicos tenderán a adoptar las hipótesis que tengan un mayor campo explicativo es decir, que expliquen un mayor número de fenómenos.

Las leyes de Kepler (1571-1630) permitían predecir el movimiento de los astros sin embargo, la teoría de Isaac Newton (1643-1727) explicaba no solo el movimiento de los planetas sino los fenómenos de movimiento de caída libre en la Tierra. Esta fue la razón por la que las leyes de Kepler fueron abandonadas por la teoría de la gravitación universal de Newton nacida en 1685.

III.B.4. Coherencia con el corpus científico: las hipótesis deben ser coherentes con el resto de hipótesis ya contrastadas por la experimentación.

Entender, por ejemplo, que la construcción de las pirámides de Egipto fue realizada por los atlantes es una hipótesis que no tiene coherencia con los conocimientos históricos actuales, no es una hipótesis científica.
III.B.5. El principio de economía o la navaja de Occam: este principio hace referencia a un razonamiento basado en una premisa muy simple: en igualdad de condiciones la solución más sencilla es probablemente la correcta. En su forma más simple, el principio de Occam indica que las explicaciones nunca deben multiplicar las causas sin necesidad. Cuando dos explicaciones se ofrecen para un fenómeno, la explicación completa más simple es preferible. Si vemos una res muerta en el campo y con señales de haber sido mordida, puede haber sido víctima de los carroñeros o de una especie de mascota espacial llamada “chupacabras”. La explicación más simple y suficiente es la lógica —mas no necesariamente la verdadera— según el principio de Occam. En el caso de la res muerta, los culpables de sus mordiscos serán los carroñeros terrestres con mayor probabilidad que un bicho intergaláctico.

Para explicar la órbita de los planetas tenemos principalmente dos opciones:

* Suponer que los planetas orbitan alrededor del sol en órbitas fijas y elípticas. Unas leyes simples nos permitirían predecir la posición de todos los cuerpos celestes.
* Suponer que los planetas giran alrededor de la Tierra. Para mantener esta teoría habría que suponer cosas como que el tipo de movimiento de los planetas es diferentes en cada uno de ellos, la necesidad de epiciclos para explicar sus retrocesos etc.
Entre estas dos teorías la ciencia escogerá la más simple y que necesite menos supuestos auxiliares, en este caso la teoría heliocéntrica. “La Naturaleza goza de la simplicidad”.

Kuhn y las revoluciones científicas

La filosofía de la ciencia sigue dos líneas que se distinguen claramente: la corriente historicista y la corriente semántica. La corriente historicista se convierte en una fuerte alternativa, sobre todo a partir de las aportaciones de Thomas S. Kuhn, Paul K. Feyerabend e Irme Lakatos. El libro de Kuhn, La estructura de las revoluciones científicas, publicado en el año 62, es uno de los pilares fundamentales de esta corriente historicista. La obra de Kuhn propone que a lo largo de toda la historia de la ciencia se puede distinguir una serie de etapas que se repiten de forma recurrente. Habla de un primer momento de preciencia, que se caracteriza por una diversidad de propuestas. A este periodo le sigue uno de ciencia normal, en donde alguna de las propuestas se formaliza como paradigma científico y como programa de investigación. Ese programa de investigación va acumulando problemas, y llega un momento en que las hipótesis nucleares entran en crisis y es necesario que se produzca una revolución científica. Para que esa revolución pueda ser llevada a cabo deben surgir mentes científicas con una visión del mundo completamente diferente, genios capaces de abrir nuevos campos de investigación hasta entonces no imaginados, como puede ser el caso de Galileo, Newton o Einstein. Después de que se produzca la revolución científica se vuelve de nuevo a un período de ciencia normal, con una nueva crisis y revolución, y así sucesivamente, en un esquema recursivo.

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   Así es como Kuhn explica toda la historia de la ciencia: el paso de la astronomía geocéntrica al sistema copernicano, de la física cualitativa y verbal de Aristóteles a la física matemática y experimental de Galileo, de la química de Sthal a la química del oxígeno de Lavoisier. Normalmente estas revoluciones, al ser llevadas a cabo por espíritus demasiado avanzados para su época, acaban en trágicos episodios, como la quema pública de Bruno o el encarcelamiento de Galileo. El esquema de las revoluciones científicas de Kuhn supera al positivismo lógico y al falsacionismo popperiano. Como Kuhn indica, en la historia de la ciencia no aparece ninguno de estos dos enfoques, lo único que se ve son unos paradigmas sustituyendo a otros paradigmas. En el positivismo lógico la ciencia avanzaba por acumulación de conocimientos científicos; y en el falsacionismo popperiano avanzaba por ruptura: una teoría científica se falsa y es sustituida por una nueva teoría científica. Como se puede comprobar, la concepción de Kuhn es mucho más amplia y abarcadora, ya que toma en parte ambas consideraciones de la concepción heredada. Por una parte toma la acumulación de conocimientos en los períodos de ciencia normal y por otra parte toma la ruptura de paradigmas en los períodos de revolución científica. Según Kuhn, la acumulación de novedades produce la ruptura.

   Como señala Jesús Mosterín, la visión de Kuhn del desarrollo científico puede resultar un tanto dramática, ya que no parece que su modelo sea completamente aplicable para el siglo XX. Así, por ejemplo, los cambios que se van introduciendo dentro de la física “son perfectamente conmensurables y constituyen casos claros de progreso científico”. Parece difícil que en pleno siglo XX se produzca una revolución científica, del calibre de las ya señaladas, que nos ofrezca una visión del mundo completamente innovadora y nos haga ver las cosas de un nuevo modo. Las revoluciones científicas ya no parecen ofrecer el carácter estridente y dramático de las renacentistas. Desde luego, es una posibilidad; pero aparentemente remota, o al menos así lo señala Jesús Mosterín. El mismo Kuhn tenía cada vez más reservas en torno a su famoso libro, y había cambiado sus ideas con respecto a la inconmensurabilidad –la no comparación de paradigmas científicos–. Durante años intentó matizar y desarrollar sus ideas sobre el desarrollo de la ciencia, pero la muerte le sorprendió en pleno trabajo el julio de 1996, por lo que no pudo concluirlo.

   Sin embargo, la corriente historicista parece haber dado todo lo que podía dar de sí, al menos en cuanto a propuestas de metateorías generales. Sus autores acabaron cayendo en el error del simple sociologismo relativista o en la historiografía de la ciencia.

 

Anarquismo metodológico: Feyerabend y los límites de la ciencia

P. K. Feyerabend.jpgLa crítica contemporánea al cientificismo más desbocado ha centrado gran parte del desarrollo filosófico del siglo XX y del XXI. Deleuze, Foucault, Bataille, Derrida, Sloterdijk, Žižek o Vattimo, por sólo citar unos pocos nombres, han lanzado todo su potencial crítico, en varias de sus obras, contra esa hegemonía que se atribuye (a) la explicación científica, cuando de lo que se trata es de abordar la realidad. Simplificando mucho la cuestión, que un discurso pretenda reducir un acontecimiento, sea del orden que sea, a la presencia más o menos velada de leyes universales, y que evidentemente están aguardando el acecho de los científicos de turno, les parece a estos autores, como poco, delirante. Razón no les falta, podría pensarse. Encofrar la riqueza ontológica en unos pocos teoremas, limitar lo real a la ley, en definitiva, es algo difícil de asumir desde diferentes posiciones filosóficas. Uno de los más críticos más desatados, y por qué no decirlo más lúcidos, respecto a este imperialismo cientificista es, sin duda alguna, P. K. Feyerabend (1924-1994).

Como es bien sabido, Feyerabend niega la existencia de cualesquier leyes o regularidades que tengan una entidad eterna y universal. Es decir, no hay ninguna sola regla, por plausible que parezca o que sea, que no se pueda infringir en una determinada ocasión.

Si cualquier regla tiene una existencia fugaz efímera, frágil, se deberá, en consecuencia, apostar por un método que se ajuste a esta fugacidad. De ahí la necesidad de adoptar un método anarquista en el que toda tesis, por increíble que parezca, tenga o pueda tener una importancia decisiva cuando expliquemos cualquier fenómeno. En particular, el desarrollo del anarquismo metodológico se fundamentará, principalmente, en la naturaleza contrainductiva de su dinámica. Debe renunciarse a todo empirismo ingenuo.

El material con el que el científico trabaja está siempre contaminado de principios, prejuicios y presupuestos que el propio científico desconoce y que, en caso de que fuesen conocidos, su contrastación resultaría prácticamente imposible. Dicho en términos psicoanalíticos, el científico tiene un inconsciente que le determina y que, a su vez, se le escapa por completo.

La historia, se quiera o no, determina cualquier construcción teórica, la tradición perfila toda teoría que se pretenda edificar y que, en otro orden de cosas y como ya se ha dicho, siempre será incompleta para describir el dinamismo de lo real.

La ciencia, con sus prerrogativas, cree que puede dominar hasta los elementos más imponderables de la naturaleza. La exigencia es clara: explicar es dominar.

Ciencia Vs Filosofía

Empezamos el curso hablando de lo importante que es hacerse preguntas en filosofía. También gran parte del trabajo de los científicos consiste en plantearse preguntas sugerentes. Esta curiosidad es bastante natural en los niños, pero por alguna razón la vamos perdiendo, lo que es una pena. Aquí dejo algunos ejemplos de cuestiones científicas planteadas por críos.

http://www.rtve.es/alacarta/videos/redes/redes-preguntale-punset-porque-cebras-tienen-rayas/1680759/

(A veces los científicos se hacen preguntas muy raras o directamente absurdas. Los premios Ig Nobel son una especie de parodia de los premios Nobel que premian estudios científicos extraños, como por ejemplo los psicólogos que entrenaron palomas para distinguir cuadros de Picasso y de Monet, o el doctor de la Universidad de Sidney que estudio la pelusa del ombligo. Os dejo el enlace

http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Galardonados_con_el_premio_Ig_Nobel

 

¿Ciencia?

Hay tres diferencias importantes entre la filosofía y la ciencia, que vamos a recoger aquí.

1/ En primer lugar las afirmaciones filosóficas no son refutables. La ciencia avanza de un modo muy preciso. Primero, un científico avanza una hipótesis aventurada acerca de cómo funcionan las cosas. Por ejemplo, la hipótesis de Semmelweis de que las mujeres del hospital morían por falta de asepsia. O la conjetura de que la Tierra es redonda. En esa situación, es posible describir un estado de cosas en los que se demostraría que la teoría es falsa. Por ejemplo, si los médicos se lavasen a conciencia las manos pero las mujeres siguiesen muriendo, o si navegáramos hacía el oeste y encontrásemos el planeta no se acaba, demostraríamos que nuestra conjetura es falsa.

¿Por qué es importante que las hipótesis cientificas sean refutables? Hay un ejemplo de Carl Sagan que lo expone bastante bien.

“En mi garaje vive un dragón que escupe fuego por la boca». Supongamos que yo le hago a usted una aseveración como ésa. A lo mejor le gustaría comprobarlo, verlo usted mismo. A lo largo de los siglos ha habido innumerables historias de dragones, pero ninguna prueba real. ¡Qué oportunidad!

—Enséñemelo —me dice usted.

Yo le llevo a mi garaje. Usted mira y ve una escalera, latas de pintura vacías y un triciclo viejo, pero el dragón no está.

—¿Dónde está el dragón? —me pregunta.

—Oh, está aquí —contesto yo moviendo la mano vagamente—. Me olvidé de decir que es un dragón invisible.

Me propone que cubra de harina el suelo del garaje para que queden marcadas las huellas del dragón.

—Buena idea —replico—, pero este dragón flota en el aire.

Entonces propone usar un sensor infrarrojo para detectar el fuego invisible.

—Buena idea, pero el fuego invisible tampoco da calor.

Sugiere pintar con spray el dragón para hacerlo visible.

—Buena idea, sólo que es un dragón incorpóreo y la pintura no se le pegaría.

Y así sucesivamente. Yo contrarresto cualquier prueba física que usted me propone con una explicación especial de por qué no funcionará. Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre un dragón invisible, incorpóreo y flotante que escupe un fuego que no quema y un dragón inexistente? Si no hay manera de refutar mi opinión, si no hay ningún experimento concebible válido contra ella, ¿qué significa decir que mi dragón existe? Su incapacidad de invalidar mi hipótesis no equivale en absoluto a demostrar que es cierta. Las afirmaciones que no pueden probarse, las aseveraciones inmunes a la refutación son verdaderamente inútiles, por mucho valor que puedan tener para inspirarmos o excitar nuestro sentido de maravilla. Lo que yo le he pedido que haga es acabar aceptando, en ausencia de pruebas, lo que yo digo.

Esto quiere decir que cualquier afirmación científica debe ser contrastable por la experiencia. Si no  hay manera de hacerlo, no se trata de una afirmación científica.

Pero hay un problema; las afirmaciones filosóficas (una afirmación ética como lo que no me mata me hace mas fuerte, o los seres humanos tienen dignidad y derechos, o una afirmación metafísica como todo cambia antes o después) no son refutables por la experiencia. Esto significa que las afirmaciones filosóficas son muy diferentes de las científicas. Esto es algo que intuye cualquiera que vea la diferencia entre como piensan los filósofos (especulando) y como piensan los científicos (experimentando)

¿Significa esto que las cuestiones filosóficas son sinsentidos? Bueno, para mucha gente así es. Pero para otras el hecho de que no sean contrastables no significa que no tengan sentido. De hecho tienen muchísimo sentido, porque nos posibilitan aclararnos sobre qué significan las cosas para nosotros.

Veamos un experimento mental que propone Richard Dawkins.

Imagine que usted pudiera hacer una réplica perfecta de su cuerpo, no un clon en sentido genético sino una copia de cada átomo. Esto no se puede hacer científicamente, pero sí filosóficamente. Probablemente la réplica tendría su cuerpo, todos sus recuerdos, los mismos pensamientos. ¿Cuál de los dos sería usted? Pero una vez que están ahí, se empezarían a separar, tendrían nuevas experiencias y entonces ¿cuál eres? Son cuestiones que no se pueden responder de una manera experimental pero que son filosóficamente fascinantes.

Este experimento mental es interesante. Plantea cuestiones importantes acerca de nuestras creencias sobre la identidad personal. Pero, por desgracia, no podemos hacerlo. Solo podemos imaginarlo. Este ejemplo nos sirve para hacernos una idea de como trabaja la ciencia y como trabaja la filosofía.

2/ En segundo lugar la ciencia realiza predicciones, la filosofía no. El científico puede predecir la trayectoria de un asteroide con absoluta precisión.   Puede predecir la evolución de una epidemia bastante bien. Pero cuando pensamos en cuestiones filosóficas no se trata de predecir nada, sino mas bien de preguntarnos que significan las cosas para nosotros.

Por ejemplo, podemos hacer un poco de ciencia ficción y suponer que en cien años los avances médicos harán que los seres humanos vivan tres siglos. La cuestión científica es ¿Puede eso hacerse? ¿De qué modo aumentará la población? ¿De qué manera podremos alimentarnos? etc. La cuestión filosófica es ¿Eso qué significaría para los humanos?

3/ En tercer lugar, también hay una diferencia de actitud entre el filosofo y el científico.  El científico se preocupa por lo mensurable. La ciencia tiene que traducir todo al lenguaje de las matemáticas. Debe hacer mediciones, estadísticas  encuestas… .  En cambio el filósofo no se preocupa solo de cuantificar la realidad, de medirla. De hecho, la filosofía se ocupa de cosas difícilmente mensurables.

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Como resultado de este afán por medir y medir, la ciencia nos provee continuamente de datos; Aquí os dejo unos cuantos que, a bote pronto, he sacado de ese océano de datos que es internet;

Descubren pinturas de casi 39900 años en Indonesia. 

La tasa de homicidios en Europa ha decrecido sostenidamente en los últimos siglos.

Grafico 11

El 98% de la gente responde lo mismo cuando se le pide que piense en una herramienta y un color.

Hubo 1128 personas fallecidas en accidentes de circulación en 2013.

El salario medio de los hombres en España es un 20% superior al salario medio de las mujeres. 

El lago Baikal es la masa de agua dulce mas grande del planeta. Si se vaciase, todos los ríos del mundo tardarían un año en llenarlo

La persona mas rica del mundo es Bill Gates, que tiene una fortuna de 74 000 millones de dolares. El español Amancio Ortega es el segundo de la lista, con 67000 millones de dolares.

http://www.forbes.com/billionaires/list/

El país mas pobre del mundo, Niger, tiene un producto interno bruto de 6000 millones de dolares, para una población de 10 millones de habitantes.

Bueno, esto son datos. Pero la filosofía no nos aporta datos. Lo que si nos aporta la filosofía es la capacidad de comprender los datos, relacionarlos entre si y  determinar qué significan para nosotros.

Respecto a los datos anteriores, por ejemplo; ¿Qué datos son mas significativos para vosotros? ¿Cuáles menos? ¿Por qué? ¿Cómo relacionaríais estos datos entre si, (por ejemplo, el dato sobre Gates y Ortega y el dato sobre Níger)? ¿Cómo explicarías que todo el mundo elija el mismo color y la misma herramienta?

Una buena definición de filosofía es decir que  hacer filosofía es encontrar sentido donde habitualmente solo vemos cosas.

4/ Una ultima diferencia, que no viene en el libro, es que la ciencia, a diferencia de la filosofía, puede generar tecnología.  Y esta diferencia es esencial. Si la ciencia es tan valiosa hoy es por la multitud de técnicas y aparatos que genera, y que constituyen nuestro entorno y nuestra forma de estar en el mundo.

Esto de que la técnica es una forma de estar en el mundo es, por cierto, una de las tesis principales de uno de los filósofos mas célebres del siglo pasado, (y también uno de los mas oscuros) el aleman Martin Heidegger. Tal vez entendáis algo de lo que Heidegger quería decir si entendéis este chiste de Quino.

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¿Que significa la imagen?

Pensad un momento en esto. Para los antiguos griegos, por ejemplo, la ciencia no era valiosa porque generase tecnología, sino por el conocimiento que proporcionaba.  Era una actividad fundamentalmente teórica.  Servia para satisfacer la curiosidad innata del hombre, por ejemplo, sobre las estrellas. Ahora, en cambio,  cada vez  que algún científico estudia algo la pregunta automática es: “¿Y esto para qué sirve?” , lo que quiere decir: “¿Qué se puede hacer con este conocimiento?” o, dicho de modo mas directo: ¿Cómo aumentará mi poder?

La promesa implícita  de la ciencia y la tecnología es la de, para cualquier tarea humana, generar un método o un aparato que me permita llevarla a cabo. Esto debería llamar la atención. Pensad durante un rato en como poco a poco hemos ido inventando métodos y aparatos para hacer cosas que antes se hacían de otro modo. Ahora, por ejemplo, esta el boom de las app que se ofrecen para, desde nuestro teléfono móvil, solucionar cualquier cosa, desde hacer una colecta para comprar un regalo hasta encontrar pareja o trabajo.

http://magnet.xataka.com/en-diez-minutos/una-compania-ha-sacado-novias-holograficas-y-es-el-mayor-canto-a-la-soledad-que-hemos-visto

La pregunta debería ser si esta forma tecnológica de pensar y actuar no cambia nuestro modo de estar en la realidad. Pensad por ejemplo en como los smartphones están modificando toda nuestra vida social, y toda nuestra percepción del mundo.

El punto de vista de la ciencia y la tecnología siempre es el de aumentar nuestro poder para manipular la realidad, incluso aunque esa manipulación de la realidad sea peligrosas, o abiertamente inmoral. Siempre pasa algo parecido a esto; los científicos estudian teóricamente un aspecto de la realidad, sean las ondas de radio o los superconductores. Algún tiempo después se encuentran aplicaciones prácticas de esto, como los teléfonos móviles o los trenes. Es curioso ver como la mayoría de las veces los científicos que estudian algo no tienen ni la mas remota idea de que tecnología se generará a partir de su trabajo. Así pasó con la bomba atómica, por ejemplo. Los científicos como Einstein, que habían trabajado en la teoría , se quedaron espantados al ver de la utilidad de su trabajo)

A diferencia de la ciencia la filosofía no sirve para generar tecnología. No proporciona técnicas ni aparatos.   Por eso a veces la gente dice que la filosofía no sirve para nada.  Y en cierto sentido es verdad; No nos otorga poder sobre la naturaleza, ni sobre otros humanos.   Pero nos sirve para limitar críticamente ese poder. Nos sirve para saber qué hacer con ese poder. Nos sirve para resistir a él. 

Si queréis entender de manera gráfica este complicado asunto, os recomiendo que veáis algún episodio de la serie Black Mirror, donde, en clave de ciencia ficción, se muestran de modo inquietante las relaciones entre la tecnología y los seres humanos.

 

1/ ¿En que consiste el método científico? Explícalo con ejemplos. 

2/ Siguiendo la imagen anterior sobre el esquema del método hipotético deductivo, aplica las etapas del método científico al siguiente problema; como mejorar una tortilla de patatas. 

3/ ¿Cuales son las principales diferencias entre ciencia y filosofía? 

4/ ¿Que significa que la tecnología es una forma de estar en el mundo? ¿Por qué es tan importante la tecnología para nuestra sociedad? 

5/ Elabora un glosario con los siguientes términos; 

Hipótesis                           Ley                    Teoría                            Método                   Predicción                  Experimento                   Causalidad                   Correlación.          

6/ ¿Para que sirve la filosofía?